Hoy solo cruzaba el amor entre nuestros cuerpos. Me abrazas y me olvido del mundo, del día la hora y todo desaparece porque a partir de ese momento solo existes tú para mi; y yo para ti. Entonces me acaricias la cara, lentamente, y me susurras alguna que otra palabra bonita. Después me besas y en ese momento, en el que tus dientes y los mios se rozan, te digo te amo sin pronunciar palabra. ¿Y sabes qué? Eso para mí no tiene precio, ahora sé que no dudaria en comprarte el cielo ...
¿quién dudaría si puediera comprarlo?
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