.

- Yo no sé a que estás jugando... ¡Joder, no lo sé! Y no sé que me fastidia más, no saberlo, o saber que simplemente estás jugando conmigo... Son tantas las cosas que podría decirte ahora, pero todo se queda en nada si pienso en tu mirada y recuerdo como me pierdo en ella. Todo es nada ahora que te quiero... ¿Porqué es todo tan complicado? ¿Soy yo? ¿O eres tú? Dime que está pasando... Dime en que preciso instante decidiste regalarme tu cariño, tus momentos llenos de amor, tu ternura, tu comprensión... Dime que es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando sabes que a cada dos palabras tuyas yo sonrío como una completa idiota. ¡Dímelo! ¿Porque sabes una cosa? Necesito saberlo. Necesito saber si te sientes tan realmente solo que, conociendo un buen juego de palabras y mis debilidades, intentas retenerme a tu lado como... no sé, ¿segundo plato quizás? Porque cuanto más juegas, más se me antojan tus besos...

- Mmmm... No sé bien que decir, bueno, ¿puedo decir algo? ¿Debería hacerlo? Te quiero, te quiero te quiero te quiero, mucho mi amor... Y no me pidas explicaciones porque no las tengo. Eso es lo único que sé, que eres tu el tipo de persona que quiero a mi lado. Eres mi vida y solo quiero hacerte feliz...

-¡Ya está bien! ¿Te has molestado en entender lo que te acabo de decir? ¡Deja ya de jugar conmigo! No me digas a mi cosas que solo tendría que escuchar ella... ¿Me dices a mí lo mismo que a ella? ¿Piensas hablar algun día con ella para explicarle algo? Porque creo que deberías hacerlo... ¿Sabes cual es el problema? Que yo sí te quiero... Y si fuera ella, iria a buscarme para mirarle a los ojos a la persona que se ha quedado con mis te quiero, mis besos, mis miradas, mis sonrisas, mis momentos... mi vida... No está bien, ¿Que piensas hacer, jugar a dos bandas? ¿Hasta cuando? ...

- Ella me trata mal y no creo que lo merezca, pero tengo miedo a quedarme solo... ¡Claro que la quiero! Pero  hace ya mucho tiempo que no la beso con ganas, que no espero impaciente a verla, que no le envío mensajes de buenas noches, que no deseo tenerla entre mis brazos... Porque ahora tú ocupas ese lugar. ¡Sí, es así! Y no sé en que momento sucedió, pero tu has despertado en mí lo que ya había muerto... Tu me has regalado la ilusión, la magia... Tu me lo puedes dar todo y a la vez dejarme sin nada.